Ernesto Silva sincera su intención de dirigir la tienda gremialista
La Tercera 15 Febrero 2014 Reportajes p. 18-19-20 Entrevista
Ernesto Silva, diputado UDI: «Una cara nueva en la UDI sintoniza con lo que está pasando en Chile»
¿Cuál es el sello que, a su juicio, debiese tener la UDI en la próxima etapa?
La UDI tiene como desafío acompañar a las personas que en los últimos 20 años han salido de la pobreza y se han transformado en clase media, con un estilo de hacer política que priorice lo colectivo por sobre lo individual y, en tercer lugar, con una mirada convocante al futuro, donde identifique cuáles son los temas que vienen y hacer planteamientos y propuestas sobre eso.
Hay quienes internamente han planteado que la UDI haga una revisión doctrinaria de sus principios. ¿Comparte ese diagnóstico?
La UDI tiene que hacer una revisión profunda de su proyecto político, pero nuestras ideas y valores están firmes y vigentes. Valores esenciales como la libertad, la creencia en la economía social de mercado y nuestra vocación popular se mantienen muy vigentes. Lo que está pendiente es contestar desde nuestras ideas las preguntas que tienen los chilenos hoy, que son diferentes de las de hace 10 o 20 años, y eso implica una revisión profunda de nuestro proyecto y de nuestra mirada hacia el futuro.
¿Eso quiere decir que la ampliación del partido a temas valóricos, como el matrimonio igualitario, o políticos, como la reforma al binominal, no es necesaria?
Creo en una agenda de debate sin exclusiones, creo que todos los temas tienen que poder debatirse en una sociedad democrática y abierta, pero nadie nos puede obligar a pensar como le gusta a la izquierda. Nosotros tenemos nuestras convicciones y vamos a tratar de convencer con argumentos respecto de aquellas cosas que consideremos más positivas o necesarias para el país. En el caso puntual del matrimonio homosexual, yo soy contrario y he visto en la UDI una mayoría en esa postura. En el tema electoral, no creo que sea un tema de principios, por lo tanto, siempre puede ser sujeto a discusión.
Usted en algún momento planteó que el paso por el gobierno se le había hecho difícil a la UDI, ya que había tenido que adaptarse a ciertos consensos en favor de la unidad interna del oficialismo. ¿Cuáles fueron las lecciones que sacó la UDI de su permanencia en La Moneda?
Siempre vamos a ser parte del legado de este gobierno y lo vamos a defender con fuerza. Me siento orgulloso de que este gobierno haya mejorado la calidad de vida a los chilenos. Pero en estos años también tuvimos dificultades de gestión política, de entender que la cooperación entre el gobierno y los partidos era un activo fundamental para el éxito de una coalición, y creo también que los partidos no fuimos lo suficientemente fuertes para hacer planteamientos políticos que nos pudieran diferenciar y complementar en el gobierno. Esa tarea nos queda pendiente, y si uno lo mira a la luz del resultado electoral, obviamente no fue bueno.
Hace unos días, el ministro Andrés Chadwick señaló que uno de los principales legados del gobierno de Piñera va a ser la postura que asumió respecto del tema de los 40 años del Golpe Militar. ¿Comparte esa apreciación?
Nací en el año 75, para el plebiscito tenía 13 años, y yo sueño con un Chile donde podamos tener unidad hacia el futuro. Las declaraciones del Presidente Piñera en el contexto de septiembre, y a dos meses de la elección, no fueron oportunas, y nosotros tenemos que poder mirar la historia hacia atrás, desde una perspectiva amplia, y entender que ha habido aspectos muy dolorosos y negativos en el gobierno militar, pero también aspectos importantes, fundamentales para el desarrollo y el bienestar de Chile.
Si usted dirige la UDI, ¿cuál será el sello de la oposición a Bachelet?
Tenemos que ser una oposición justa, y eso implica que vamos a estar disponibles para apoyar iniciativas, siempre que las consideremos buenas para el país, pero también vamos a ser muy firmes para oponernos a aquellas propuestas que consideremos negativas para las bases del desarrollo. En el programa de Bachelet, lo que se observa es una falta de convicción de que nuestro modelo de desarrollo sea el correcto, y veo que no hay convicción de que el crecimiento económico y la inclusión sean los motores para el desarrollo. Veo con preocupación que su programa pueda alterar las bases fundamentales del desarrollo de Chile.
¿Por qué no es partidario de la gratuidad en educación?
La gratuidad en la educación para todos es injusta. Tenemos que ir a la gratuidad especialmente para los alumnos más pobres y del tipo de instituciones más vulnerables, como centros de formación técnica o institutos profesionales.
¿Hay que reformar la Constitución?
Las reglas del juego y su estabilidad son fundamentales para que un país avance. La propuesta constitucional de Bachelet es más una consigna que una propuesta y, en la práctica, lo que está haciendo es deslegitimar nuestras instituciones.
Bachelet obtuvo un triunfo con una amplia ventaja. ¿No es ello un indicador de que las ideas que plantea son mayoritarias en Chile?
El programa de Bachelet propone cambios muy radicales. Yo no vi una marea de votación en Chile pidiendo esos cambios. El país siente mucha empatía por Michelle Bachelet, pero no veo que tenga un mandato para poder producir cambios muy profundos en Chile, y creo que sería un error intentar hacerlo.
¿Por qué la UDI necesita un rostro nuevo en su conducción?
La UDI siempre ha tenido capacidad de responder y adaptarse a los cambios que se están dando en la sociedad, y hoy una cara nueva en la conducción estaría en una sintonía muy potente con lo que está pasando en Chile. Si uno mira lo que está pasando con los jóvenes en el movimiento estudiantil, con el nombramiento del ministro del Interior, hay señales muy potentes de que es positivo incorporar caras nuevas a la conducción.
¿La competencia legitimará aún más a la conducción nueva?
La competencia va a ayudar a empoderar a la directiva que llegue.
Sus críticos plantean que usted es una suerte de delfín de Jovino Novoa…
No creo en los delfines ni en los derechos sucesorios en política. Creo que los liderazgos se van construyendo con identidad propia. Es muy difícil que vuelvan a darse liderazgos naturales tan potentes como los que hubo en la UDI históricamente, y hoy tienen mucho más valor el proyecto y la forma en que esto se construya en equipo.
También se ha hecho notar que su vinculación con la Universidad del Desarrollo puede generar un flanco de críticas al partido, en momentos en que se discute la reforma educacional.
Me siento muy orgulloso de que mi padre haya fundado la UDD, trabajado en ese proyecto educativo, pero no veo que tenga ningún conflicto ni inhabilidad que dificulte algún rol en la UDI. Creo que eso es una crítica que me parece injusta.
Su más probable contendor va a ser Víctor Pérez. ¿Qué lo diferencia de él?
Siento gran respeto por Víctor Pérez, hemos conversado y creo que lo vamos a seguir haciendo. Compartimos la mirada sobre aspectos esenciales en proyectos futuros de la UDI y las diferencias las vamos a conversar entre nosotros dos.
La UDI tiene como desafío acompañar a las personas que en los últimos 20 años han salido de la pobreza y se han transformado en clase media, con un estilo de hacer política que priorice lo colectivo por sobre lo individual y, en tercer lugar, con una mirada convocante al futuro, donde identifique cuáles son los temas que vienen y hacer planteamientos y propuestas sobre eso.
Hay quienes internamente han planteado que la UDI haga una revisión doctrinaria de sus principios. ¿Comparte ese diagnóstico?
La UDI tiene que hacer una revisión profunda de su proyecto político, pero nuestras ideas y valores están firmes y vigentes. Valores esenciales como la libertad, la creencia en la economía social de mercado y nuestra vocación popular se mantienen muy vigentes. Lo que está pendiente es contestar desde nuestras ideas las preguntas que tienen los chilenos hoy, que son diferentes de las de hace 10 o 20 años, y eso implica una revisión profunda de nuestro proyecto y de nuestra mirada hacia el futuro.
¿Eso quiere decir que la ampliación del partido a temas valóricos, como el matrimonio igualitario, o políticos, como la reforma al binominal, no es necesaria?
Creo en una agenda de debate sin exclusiones, creo que todos los temas tienen que poder debatirse en una sociedad democrática y abierta, pero nadie nos puede obligar a pensar como le gusta a la izquierda. Nosotros tenemos nuestras convicciones y vamos a tratar de convencer con argumentos respecto de aquellas cosas que consideremos más positivas o necesarias para el país. En el caso puntual del matrimonio homosexual, yo soy contrario y he visto en la UDI una mayoría en esa postura. En el tema electoral, no creo que sea un tema de principios, por lo tanto, siempre puede ser sujeto a discusión.
Usted en algún momento planteó que el paso por el gobierno se le había hecho difícil a la UDI, ya que había tenido que adaptarse a ciertos consensos en favor de la unidad interna del oficialismo. ¿Cuáles fueron las lecciones que sacó la UDI de su permanencia en La Moneda?
Siempre vamos a ser parte del legado de este gobierno y lo vamos a defender con fuerza. Me siento orgulloso de que este gobierno haya mejorado la calidad de vida a los chilenos. Pero en estos años también tuvimos dificultades de gestión política, de entender que la cooperación entre el gobierno y los partidos era un activo fundamental para el éxito de una coalición, y creo también que los partidos no fuimos lo suficientemente fuertes para hacer planteamientos políticos que nos pudieran diferenciar y complementar en el gobierno. Esa tarea nos queda pendiente, y si uno lo mira a la luz del resultado electoral, obviamente no fue bueno.
Hace unos días, el ministro Andrés Chadwick señaló que uno de los principales legados del gobierno de Piñera va a ser la postura que asumió respecto del tema de los 40 años del Golpe Militar. ¿Comparte esa apreciación?
Nací en el año 75, para el plebiscito tenía 13 años, y yo sueño con un Chile donde podamos tener unidad hacia el futuro. Las declaraciones del Presidente Piñera en el contexto de septiembre, y a dos meses de la elección, no fueron oportunas, y nosotros tenemos que poder mirar la historia hacia atrás, desde una perspectiva amplia, y entender que ha habido aspectos muy dolorosos y negativos en el gobierno militar, pero también aspectos importantes, fundamentales para el desarrollo y el bienestar de Chile.
Si usted dirige la UDI, ¿cuál será el sello de la oposición a Bachelet?
Tenemos que ser una oposición justa, y eso implica que vamos a estar disponibles para apoyar iniciativas, siempre que las consideremos buenas para el país, pero también vamos a ser muy firmes para oponernos a aquellas propuestas que consideremos negativas para las bases del desarrollo. En el programa de Bachelet, lo que se observa es una falta de convicción de que nuestro modelo de desarrollo sea el correcto, y veo que no hay convicción de que el crecimiento económico y la inclusión sean los motores para el desarrollo. Veo con preocupación que su programa pueda alterar las bases fundamentales del desarrollo de Chile.
¿Por qué no es partidario de la gratuidad en educación?
La gratuidad en la educación para todos es injusta. Tenemos que ir a la gratuidad especialmente para los alumnos más pobres y del tipo de instituciones más vulnerables, como centros de formación técnica o institutos profesionales.
¿Hay que reformar la Constitución?
Las reglas del juego y su estabilidad son fundamentales para que un país avance. La propuesta constitucional de Bachelet es más una consigna que una propuesta y, en la práctica, lo que está haciendo es deslegitimar nuestras instituciones.
Bachelet obtuvo un triunfo con una amplia ventaja. ¿No es ello un indicador de que las ideas que plantea son mayoritarias en Chile?
El programa de Bachelet propone cambios muy radicales. Yo no vi una marea de votación en Chile pidiendo esos cambios. El país siente mucha empatía por Michelle Bachelet, pero no veo que tenga un mandato para poder producir cambios muy profundos en Chile, y creo que sería un error intentar hacerlo.
¿Por qué la UDI necesita un rostro nuevo en su conducción?
La UDI siempre ha tenido capacidad de responder y adaptarse a los cambios que se están dando en la sociedad, y hoy una cara nueva en la conducción estaría en una sintonía muy potente con lo que está pasando en Chile. Si uno mira lo que está pasando con los jóvenes en el movimiento estudiantil, con el nombramiento del ministro del Interior, hay señales muy potentes de que es positivo incorporar caras nuevas a la conducción.
¿La competencia legitimará aún más a la conducción nueva?
La competencia va a ayudar a empoderar a la directiva que llegue.
Sus críticos plantean que usted es una suerte de delfín de Jovino Novoa…
No creo en los delfines ni en los derechos sucesorios en política. Creo que los liderazgos se van construyendo con identidad propia. Es muy difícil que vuelvan a darse liderazgos naturales tan potentes como los que hubo en la UDI históricamente, y hoy tienen mucho más valor el proyecto y la forma en que esto se construya en equipo.
También se ha hecho notar que su vinculación con la Universidad del Desarrollo puede generar un flanco de críticas al partido, en momentos en que se discute la reforma educacional.
Me siento muy orgulloso de que mi padre haya fundado la UDD, trabajado en ese proyecto educativo, pero no veo que tenga ningún conflicto ni inhabilidad que dificulte algún rol en la UDI. Creo que eso es una crítica que me parece injusta.
Su más probable contendor va a ser Víctor Pérez. ¿Qué lo diferencia de él?
Siento gran respeto por Víctor Pérez, hemos conversado y creo que lo vamos a seguir haciendo. Compartimos la mirada sobre aspectos esenciales en proyectos futuros de la UDI y las diferencias las vamos a conversar entre nosotros dos.