Oposición con ojos de la nueva generación: el «memo» de Silva y Monckeberg
Con una nueva directiva recién asumida en la UDI y otra que hará lo propio luego de las elecciones del sábado en RN, los dos partidos opositores intentan concluir el «duelo» tras la derrota de diciembre y dar paso a una era distinta, marcada por el recambio generacional y la voluntad de volver al poder en 2017.
Después de la «paliza» electoral de diciembre, y el desconcierto y guerrilla interna que la siguieron, los dos principales partidos de oposición viven el «cambio más fuerte de poder real» en su conducción en muchos años. Ernesto Silva en la UDI y Cristián Monckeberg, virtual presidente electo de RN, consiguieron imponerse como promesa de recambio en generación y estilo.
Desde hace 8 años que ambos «compiten», más que por un escaño, por ser primera mayoría en el único distrito donde la centroderecha obtiene dos diputados, Las Condes. Ahora, juntos se proponen rearmar sus colectividades y recuperar el millón doscientos mil votos que perdieron en la elección pasada.
Diagnósticos comunes, matices estratégicos…
Ambos entienden que existe un gobierno con mayoría y que «habla en código ideológico». Un lenguaje de buenos y malos que, en el caso de la UDI, quiere aislarla -dicen cercanos a su timonel-, mostrarla inflexible y anclada en el pasado.
En la estrategia están sus matices. Para el timonel UDI, hay que seguir «al pie de la letra» el manual que la Nueva Mayoría siguió en la era Piñera. «Fue clave la unión, pero con lenguaje y tono de oposición». En simple: abiertos al diálogo -se lo dijeron a la Presidenta en su reunión de esta semana-, pero siendo claros en que las políticas del gobierno «destruirán el camino de desarrollo del país». Y cuando corresponda, plantearán alternativas.
Monckeberg buscará reforzar la imagen de RN como «partido de derecha con vocación de centro» y le interesa cultivar la relación con el Gobierno para que sus votantes vean que tienen «la película clara, pero están dispuestos a llegar a acuerdos».
Estimular vínculos con la DC -explican cercanos- le «abre una ventana» a ese electorado de centro que vota indistintamente por ambos. De allí su decidido interés por revivir el acuerdo en el sistema electoral, y también acercarse al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, como hizo el futuro presidente RN esta semana en el Congreso. Le ha dicho que al Gobierno, para sus reformas, le convienen grandes acuerdos, y no mayorías circunstanciales. Tiene cuentas sacadas, y con el posible desafuero del diputado Rosauro Martínez (RN), los 71 votos de la Nueva Mayoría e independientes podrían cambiar por sí solos dos tercios de la Constitución.
Sin cuentas pasadas
El tema generacional les juega a favor, piensan ambos, para que RN y la UDI tengan una relación «privilegiada». No arrastran «la historia política» ni cuentas pasadas.
Una vez que se concrete la elección de Monckeberg, el próximo sábado 31, aspiran a funcionar de verdad como coalición y generar una institucionalidad para eso.
¿Y los frecuentes dimes y diretes? Los nuevos timoneles han conversado, y esperan privilegiar una reflexión inicial y conjunta de los temas, aunque luego lleguen a conclusiones distintas. Sienten que lo lograron en el debate tributario.
A todo esto sumarán a Amplitud y Evópoli. Relación que para RN es muy fluida con este último -el diputado Felipe Kast integra su bancada-, pero se complica con el primero, surgido de la «inexplicable» partida de una senadora y tres diputados, de los que Monckeberg era muy cercano, e incluso fue invitado a acompañar. Apuestan a que corra el tiempo y haya un acercamiento electoral: ven improbable que Amplitud se inscriba antes de las municipales.
Volver, pero a las «nuevas poblaciones»
Una mirada crítica a la «parlamentarización» tras el triunfo de 2010 tiene la directiva de Ernesto Silva. Quieren volver al trabajo que «hizo grande» a la UDI, y para eso modernizar su proyecto político -revisarán su declaración de principios-, cambiar el lenguaje y retomar la cercanía, pero con las «nuevas poblaciones», los institutos profesionales, centros de formación técnica, los ciclistas furiosos y los animalistas, entre otras agrupaciones ciudadanas.
«Es clave transmitir que se necesitan cambios, pero en la dirección correcta, con nuevas respuestas a nuevos problemas», resume un alto dirigente. El nuevo secretario general, el diputado Javier Macaya y el prosecretario Pablo Terrazas son sus «brazos armados» en optimizar la estructura con que hoy cuenta el partido. Nuevos aires al consejo social dirigido por Carlos Norambuena (core por la RM e hijo de Bernardo Norambuena, de los fundadores en el mundo poblacional) son parte del plan, así como una nueva escuela de formación y acompañamiento sindical y gremial. También, el frente de profesionales y técnicos, con la arquitecta Pía Margarit.
En la misma línea, la directiva de Monckeberg armará una red nacional para conectarse a nivel local con clubes deportivos, centros de madres, sindicatos, asociaciones. Un rol importante tendrá en esto el futuro vicepresidente y ex ministro Luis Mayol, vasto conocedor del mundo gremial, además de otras figuras partidarias, como la histórica dirigente del Colegio de Profesores Verónica Monsalve o el presidente del sindicato del BancoEstado, Alejandro Mery.
Nueva fundación RN y expertos UDI
Ambas directivas quieren «vender al máximo nuestras ideas, porque son mejores» al estilo de lo que hicieron en la reforma tributaria. Y entre las primeras propuestas están las constitucionales, que trabajan internamente ambos partidos.
Aunque mantendrán el trabajo legislativo con los institutos Libertad y Desarrollo y Libertad, y la Fundación Jaime Guzmán, además de la fundación del ex Presidente Piñera, ambos están armando nuevas instancias.
Cristián Monckeberg prepara una fundación para dar formación a sus militantes, especialmente a jóvenes y universitarios.
Algo similar está haciendo Ernesto Silva, reclutando un grupo de expertos que piensen en los problemas «del mediano y largo plazo, más allá de los debates coyunturales».
«Reconquista» juvenil
En la bitácora opositora, recuperar su conexión con la juventud y su presencia en las universidades tiene un lugar especial.
Hijo del alcalde de Ñuñoa y hermano de la diputada, además de primera mayoría nacional en cores, Franco Sabat y el concejal Tomás Fuentes son fundamentales en los planes de Monckeberg.
Ernesto Silva fortalecerá su relación con la Fundación Guzmán, ahora presidida por Jovino Novoa, y la formación de dirigentes jóvenes apoyado, entre otros, por Sebastián Figueroa.
A nivel partidario, le dará un perfil más político a la juventud y muy pronto nombrará un nuevo presidente. También quiere reclutar al máximo de profesionales jóvenes que trabajaron en el gobierno de Piñera y tienen «hambre de servicio público». Entre ellos espera captar buenos candidatos para la municipal.
Mujeres al timón
Cristián Monckeberg quiere que las mujeres tomen más relevancia interna. La nueva diputada por Antofagasta, Paulina Núñez, será clave en rearmar su red en el norte, donde la derecha tiene escasa representación. Marcela Sabat es otra mujer importante en sus planes. Tendrá un alto perfil en la discusión de la ley de cuotas y de los nuevos estatutos.
En la UDI hace tiempo que la nueva tesorera y ex ministra Loreto Seguel, la ex diputada Mónica Zalaquett, junto a las actuales diputadas Claudia Nogueira y María José Hoffman trabajan en propuestas que entregarán muy pronto.
Buscando candidatos
Aunque su mandato terminaría justo antes de las municipales de 2016, la directiva que encabezará Monckeberg encomendó al alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara, acompañado por la alcaldesa de Lampa, Graciela Ortúzar, recorrer el país en busca de candidatos. También terminará con el comité electoral que hasta ahora decidió los nombres, para trasladar esa decisión a la estructura local «con una coordinación central», incrementando también las primarias cuando sea conveniente.
En calle Suecia, la directiva de Silva ya se fijó meta: tener instalados 60 candidatos a alcalde en marzo.
…y el desafío de la «Pax» Interna
La guerrilla tras la derrota dejó heridas y bajas en ambos partidos. En RN, Monckeberg está consciente de que «la paz interna» es su principal tarea. Sus cercanos afirman que la diáspora se acotó, y descartan nuevas «fugas de militantes». En paralelo, ficharon dos ex ministros que incluso podrían ser candidatos a la comisión política, como Loreto Silva y Jaime Mañalich.
La bancada de senadores -con el voltaje de Andrés Allamand y Manuel José Ossandón- requerirá también de cuidado. De ellos espera «una relación de libertad con lealtad a la mesa», y de su parte pondrá contacto y participación permanente. Sabe que la carrera presidencial que se desatará entre ambos, además del senador Alberto Espina y el ex Presidente Piñera -a quien no insistirá por su regreso- pondrá a prueba ese temple.
Lo propio deberá hacer la nueva mesa de Silva con los «coroneles» de la UDI, que por primera vez no estarán en la directiva. Pero sí en la comisión política, dicen de inmediato, donde participan los ex presidentes partidarios, además del ex ministro Andrés Chadwick, quien fue invitado especialmente. Eso, aparte de limar las asperezas que quedaron con los senadores Víctor Pérez y Juan Antonio Coloma, ex candidato y su generalísimo en la pasada interna.
Desde hace 8 años que ambos «compiten», más que por un escaño, por ser primera mayoría en el único distrito donde la centroderecha obtiene dos diputados, Las Condes. Ahora, juntos se proponen rearmar sus colectividades y recuperar el millón doscientos mil votos que perdieron en la elección pasada.
Diagnósticos comunes, matices estratégicos…
Ambos entienden que existe un gobierno con mayoría y que «habla en código ideológico». Un lenguaje de buenos y malos que, en el caso de la UDI, quiere aislarla -dicen cercanos a su timonel-, mostrarla inflexible y anclada en el pasado.
En la estrategia están sus matices. Para el timonel UDI, hay que seguir «al pie de la letra» el manual que la Nueva Mayoría siguió en la era Piñera. «Fue clave la unión, pero con lenguaje y tono de oposición». En simple: abiertos al diálogo -se lo dijeron a la Presidenta en su reunión de esta semana-, pero siendo claros en que las políticas del gobierno «destruirán el camino de desarrollo del país». Y cuando corresponda, plantearán alternativas.
Monckeberg buscará reforzar la imagen de RN como «partido de derecha con vocación de centro» y le interesa cultivar la relación con el Gobierno para que sus votantes vean que tienen «la película clara, pero están dispuestos a llegar a acuerdos».
Estimular vínculos con la DC -explican cercanos- le «abre una ventana» a ese electorado de centro que vota indistintamente por ambos. De allí su decidido interés por revivir el acuerdo en el sistema electoral, y también acercarse al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, como hizo el futuro presidente RN esta semana en el Congreso. Le ha dicho que al Gobierno, para sus reformas, le convienen grandes acuerdos, y no mayorías circunstanciales. Tiene cuentas sacadas, y con el posible desafuero del diputado Rosauro Martínez (RN), los 71 votos de la Nueva Mayoría e independientes podrían cambiar por sí solos dos tercios de la Constitución.
Sin cuentas pasadas
El tema generacional les juega a favor, piensan ambos, para que RN y la UDI tengan una relación «privilegiada». No arrastran «la historia política» ni cuentas pasadas.
Una vez que se concrete la elección de Monckeberg, el próximo sábado 31, aspiran a funcionar de verdad como coalición y generar una institucionalidad para eso.
¿Y los frecuentes dimes y diretes? Los nuevos timoneles han conversado, y esperan privilegiar una reflexión inicial y conjunta de los temas, aunque luego lleguen a conclusiones distintas. Sienten que lo lograron en el debate tributario.
A todo esto sumarán a Amplitud y Evópoli. Relación que para RN es muy fluida con este último -el diputado Felipe Kast integra su bancada-, pero se complica con el primero, surgido de la «inexplicable» partida de una senadora y tres diputados, de los que Monckeberg era muy cercano, e incluso fue invitado a acompañar. Apuestan a que corra el tiempo y haya un acercamiento electoral: ven improbable que Amplitud se inscriba antes de las municipales.
Volver, pero a las «nuevas poblaciones»
Una mirada crítica a la «parlamentarización» tras el triunfo de 2010 tiene la directiva de Ernesto Silva. Quieren volver al trabajo que «hizo grande» a la UDI, y para eso modernizar su proyecto político -revisarán su declaración de principios-, cambiar el lenguaje y retomar la cercanía, pero con las «nuevas poblaciones», los institutos profesionales, centros de formación técnica, los ciclistas furiosos y los animalistas, entre otras agrupaciones ciudadanas.
«Es clave transmitir que se necesitan cambios, pero en la dirección correcta, con nuevas respuestas a nuevos problemas», resume un alto dirigente. El nuevo secretario general, el diputado Javier Macaya y el prosecretario Pablo Terrazas son sus «brazos armados» en optimizar la estructura con que hoy cuenta el partido. Nuevos aires al consejo social dirigido por Carlos Norambuena (core por la RM e hijo de Bernardo Norambuena, de los fundadores en el mundo poblacional) son parte del plan, así como una nueva escuela de formación y acompañamiento sindical y gremial. También, el frente de profesionales y técnicos, con la arquitecta Pía Margarit.
En la misma línea, la directiva de Monckeberg armará una red nacional para conectarse a nivel local con clubes deportivos, centros de madres, sindicatos, asociaciones. Un rol importante tendrá en esto el futuro vicepresidente y ex ministro Luis Mayol, vasto conocedor del mundo gremial, además de otras figuras partidarias, como la histórica dirigente del Colegio de Profesores Verónica Monsalve o el presidente del sindicato del BancoEstado, Alejandro Mery.
Nueva fundación RN y expertos UDI
Ambas directivas quieren «vender al máximo nuestras ideas, porque son mejores» al estilo de lo que hicieron en la reforma tributaria. Y entre las primeras propuestas están las constitucionales, que trabajan internamente ambos partidos.
Aunque mantendrán el trabajo legislativo con los institutos Libertad y Desarrollo y Libertad, y la Fundación Jaime Guzmán, además de la fundación del ex Presidente Piñera, ambos están armando nuevas instancias.
Cristián Monckeberg prepara una fundación para dar formación a sus militantes, especialmente a jóvenes y universitarios.
Algo similar está haciendo Ernesto Silva, reclutando un grupo de expertos que piensen en los problemas «del mediano y largo plazo, más allá de los debates coyunturales».
«Reconquista» juvenil
En la bitácora opositora, recuperar su conexión con la juventud y su presencia en las universidades tiene un lugar especial.
Hijo del alcalde de Ñuñoa y hermano de la diputada, además de primera mayoría nacional en cores, Franco Sabat y el concejal Tomás Fuentes son fundamentales en los planes de Monckeberg.
Ernesto Silva fortalecerá su relación con la Fundación Guzmán, ahora presidida por Jovino Novoa, y la formación de dirigentes jóvenes apoyado, entre otros, por Sebastián Figueroa.
A nivel partidario, le dará un perfil más político a la juventud y muy pronto nombrará un nuevo presidente. También quiere reclutar al máximo de profesionales jóvenes que trabajaron en el gobierno de Piñera y tienen «hambre de servicio público». Entre ellos espera captar buenos candidatos para la municipal.
Mujeres al timón
Cristián Monckeberg quiere que las mujeres tomen más relevancia interna. La nueva diputada por Antofagasta, Paulina Núñez, será clave en rearmar su red en el norte, donde la derecha tiene escasa representación. Marcela Sabat es otra mujer importante en sus planes. Tendrá un alto perfil en la discusión de la ley de cuotas y de los nuevos estatutos.
En la UDI hace tiempo que la nueva tesorera y ex ministra Loreto Seguel, la ex diputada Mónica Zalaquett, junto a las actuales diputadas Claudia Nogueira y María José Hoffman trabajan en propuestas que entregarán muy pronto.
Buscando candidatos
Aunque su mandato terminaría justo antes de las municipales de 2016, la directiva que encabezará Monckeberg encomendó al alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara, acompañado por la alcaldesa de Lampa, Graciela Ortúzar, recorrer el país en busca de candidatos. También terminará con el comité electoral que hasta ahora decidió los nombres, para trasladar esa decisión a la estructura local «con una coordinación central», incrementando también las primarias cuando sea conveniente.
En calle Suecia, la directiva de Silva ya se fijó meta: tener instalados 60 candidatos a alcalde en marzo.
…y el desafío de la «Pax» Interna
La guerrilla tras la derrota dejó heridas y bajas en ambos partidos. En RN, Monckeberg está consciente de que «la paz interna» es su principal tarea. Sus cercanos afirman que la diáspora se acotó, y descartan nuevas «fugas de militantes». En paralelo, ficharon dos ex ministros que incluso podrían ser candidatos a la comisión política, como Loreto Silva y Jaime Mañalich.
La bancada de senadores -con el voltaje de Andrés Allamand y Manuel José Ossandón- requerirá también de cuidado. De ellos espera «una relación de libertad con lealtad a la mesa», y de su parte pondrá contacto y participación permanente. Sabe que la carrera presidencial que se desatará entre ambos, además del senador Alberto Espina y el ex Presidente Piñera -a quien no insistirá por su regreso- pondrá a prueba ese temple.
Lo propio deberá hacer la nueva mesa de Silva con los «coroneles» de la UDI, que por primera vez no estarán en la directiva. Pero sí en la comisión política, dicen de inmediato, donde participan los ex presidentes partidarios, además del ex ministro Andrés Chadwick, quien fue invitado especialmente. Eso, aparte de limar las asperezas que quedaron con los senadores Víctor Pérez y Juan Antonio Coloma, ex candidato y su generalísimo en la pasada interna.
Fuente: Diario El Mercurio